miércoles, 14 de diciembre de 2011

Chakall, mucho más que una cara bonita.

Por Lourdes Benegas | Gastronomía


“La cocina es familia, es amistad, es unión. Es sentarnos a la mesa para compartir. Comer es una excusa para estar con quien queremos estar. Entonces tiene que ser un momento de alegría, de buen humor. Si te sientas con alguien con quien no quieres estar, la comida te cae mal. Cuando llegas a Argentina, lo primero que se dice es ‘vamos a comer’. Y no porque tengamos mucho hambre. Lo que queremos es estar con quienes queremos para compartir ese momento mágico de la comida como nexo”. Así define este exuberante chef al acto de compartir una comida, de la forma mas noble posible. 

Él es Chakall, un exitoso cocinero argentino nacido en Tigre, Buenos Aires. Lleva en su sangre un crisol de razas, siendo de origen gallego, suizo-alemán, vascofrancés, italiano e indígena del norte de nuestro pais. Este cocinero es un éxito a nivel mundial: actualmente reside en Berlin, posee siete restaurantes en Europa, varios programas de televisión junto a su perro y fiel compañero "Pulga", y más de 8 libros editados en varios idiomas
La cocina de Chakall es de alto nivel y está llena de sorpresas: sabores argentinos, africanos, caribeños y europeos, de recetas simples y frescas que invitan a un viaje con el paladar por las diferentes culturas del mundo. Carne, pescado, platos vegetarianos, sopas, postres y cócteles son su campo de acción. 
Y eso no es todo: Chakall ofrece sugerencias sobre la música que mejor acompaña a sus platos al cocinarlos y al degustarlos. El reggae, que siempre lo “pone de buen humor”: Fidel Nadal, Bob Marley y Los Pericos son sus preferidos. Sin dejar de lado a Mendelsohn y a la cumbia. “Para decirlo en pocas palabras: mi cocina es una cocina del día. En Portugal me llaman ‘El rey de la improvisación’: dame ingredientes y te doy platos”, explica. 

Chakall estudió de joven periodismo y ejerció en El Cronista Comercial de Buenos Aires, hasta que decidió cambiarlo todo por la cocina. “Yo no quería estudiar letras, yo quería escribir, por eso estudié periodismo. Soy cocinero de cuarta generación. Hasta los 16 años crecí en medio de dos restaurantes, el de mi madre y el de mi padre, que estaban separados. A los siete años ya hacía empanadas. A los quince dirigía el restorán de mi madre y tenía que atender a 300 personas por día, lo cual es una base profesional muy buena”.
La cocina tiene mucho que ofrecer, esta llena de aventureros que recorren el mundo en un constante aprendizaje y estado de experimentación. Sin duda son una gran inspiración para todos aquellos que amamos a la gastronomía. Ojalá repatriemos en algún momento a este cocinero sexy y podamos disfrutarlo en nuestro país. Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero ¿quién sabe? Quizás su reciente paso por la Argentina nos permita disfrutarlo en la televisión local.

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