lunes, 19 de diciembre de 2011

Homeland: Jugando al desconfío

Por Juliana Rodriguez | Tevé

Homeland es una de esas series que si no te recomiendan, probablemente ni te molestes en ver. Es una de esas ficciones que, después de ver el primer capítulo, si nadie te insiste en que continúes, probablemente no seguirías. A veces, hay que escuchar los consejos. Porque si le das tiempo y le dedicás paciencia, desenredás el thriller que te cuentan con tono austero. 

Claire Danes es Carrie, investigadora de la CIA asignada a tareas antiterroristas. Es joven, soltera y tan adicta al trabajo como a las pastillas. Detrás de esa adicción, hay una bipolaridad que se asoma. Damian Lewis es Nicholas Brody, un marine de EE.UU. que fue prisionero durante ocho años de Al Qaeda y que acaba de regresar a su hogar, después de que todos (incluso su familia) lo dieran por muerto. Pero Carrie cree que en ese lapso, Brody se convirtió al islamismo y es un espía de Al Qaeda, que regresa para perpetrar un atentado. 

La historia sigue a estos dos personajes, y la clave del guión es que el espectador nunca tendrá demasiada información. El público, como Carrie, pasará de la desconfianza, a la credibilidad, a la paranoia. Relatada con parsimonia, la serie cuenta con dos excelentes actores y secretos develados a la velocidad de un reloj de arena. ¿Ella está en lo cierto? ¿Es una paranoica? ¿Él es un espía o sólo un soldado torturado? Esas preguntas son las que despiertan el mecanismo de ver un capítulo tras otro. Son 12. Y se degluten como azúcar. Hay que verla. Eso sí, estando muy despierto.


Acá va el trailer:




Por el momento, sólo podemos verla en la web.

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