domingo, 9 de junio de 2013

Una mirada demasiado superficial

"El Gran Gabsty", con Leonardo Di Caprio.
Por Maximiliano Audisio | Cine

Desde el momento en el cual se supo que “El Gran Gatsby” sería el film de apertura del “66º Festival de Cannes”, nada volvería a ser igual. No lo sería para este film, para su elenco, para los seguidores de Baz Luhrman, los lectores de Fittzgerald, ni para el mundo cinéfilo en general. El director de Australia ya había tenido la oportunidad de dar la apertura al festival de la costa azul en 2001, con lo que es quizás su mayor obra, “Moulin Rouge”, por ende existe una relación estrecha entre director-festival que llevaba a pensar que quizas todo sería color de rosas como aquella vez. Lamentablemente no fue así.

“El Gran Gastby” transcurre en New York en los dorados años 20, es la historia de Jay Gatsby (Leonardo Di Caprio, quien debería el Oscar por su actuación en esta película), un nuevo rico de quien se sabe muy poco y que se presenta como una verdadera incógnita entrando tardíamente dentro del film para cautivar desde el desconcierto y la fascinación tanto a Nick Carraway (Tobey Maguire) como a su eterno amor imposible, la simplista Dausy de Carrey Muligan.

El comienzo del film es deslumbrante y sin lugar a dudas lo mejor del mismo. Asistimos a la vida de quien será nuestro narrador y de manera ínfima somos espectadores también de esa figura siniestra que es el señor Gastby, de quien hasta el momento no se sabe demasiado, solo que vive en una gran mansión en la cual no hace más que dar grandes fiestas todo el tiempo. Un Gatsby que parece mantener una única inquietud relacionada con un destello/luz verde que observa cada noche desde su muelle.


De ahí en más, la lógica. El narrador se involucra de a poco y cada vez más en la vida de este nuevo millonario, la vida de Gatsby reluce ante el mismo y nuestros ojos mientras sigue siendo un misterio para los demás, de esta manera y de a poco comprendemos que buscaba con su mirada esa noche. En los minutos siguientes reluce una historia de amor que atravesara todo el film acompañada de algo de suspenso, una mínima dosis de acción y una representación de los años 20 que ronda lo kitsch de una manera innecesaria junto a una banda de sonido que es de lo más destacable del film, una fórmula que al igual que en “Moulin Rouge” y “Romeo y Julieta” (ambos films de Luhrman) funciona a la perfección.

La segunda mitad es quizás un poco más densa, la historia de amor entre Gastby y Daisy hace que todo se vuelva menos interesante y nos encontramos con 20 minutos que giran alrededor de una temática extremadamente monótona, y que por supuesto tiene que ver con el amor.

El conflicto tiene que surgir, es necesario, y el film sigue avanzando cuesta arriba hasta que vuelve a subir en ritmo acercándose al final. Pero no se ilusionen, no es gracias al ojo de Luhrman, ni a la música, ni mucho menos por el 3D (que solo sirve para exaltar los minutos de títulos iniciales), tiene que ver con lo que es en si el desenlace de la novela de Fitzgerald, un giro inesperado que deja a todos boquiabiertos y justifica las dos horas de película que transcurrieron hasta ese momento.

“El Gran Gatsby” no es una gran película. Termina siendo inmensamente despareja e indecisa aunque visualmente agradable, con una propuesta arriesgad por parte de su director pero ofreciendo una mirada demasiado superficial en casi su totalidad. En definitiva tanto a Gatsby como a Lurhman, la ostentosidad termina por jugarles en contra.



Título: El gran Gatsby (The great Gatsby).
Dirección: Baz Luhrmann.
Fotografía: Simon Duggan.
Música: Craig Armstrong.
Reparto: Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Isla Fisher, Joel Edgerton, Jason Clarke, Adelaide Clemens, Gemma Ward.
Duración: 143 minutos.

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