viernes, 15 de marzo de 2013

El viento hace ruido a niquel.

Repica en la pared 32 veces por minuto en un constante sostenido, todo el maldito día y toda la maldita noche. Se estrella en el aire, corta el techo, su brisa se desgarra en la medianera, se electrocuta en los cables y el viento pierde brillo en los dientes. Tal vez estés aburrido y deseas que te escuchen, tal vez deseas repetir erróneamente las palabras de otro. Tal vez la paciencia sea la forma de la desesperación disfrazada de virtud. Tal vez tu optimismo sea la creencia de que todo es hermoso. Tal vez planear sea para vos preocuparse por encontrar el mejor método para lograr un resultado accidental. Tal vez para vos, las dudas sean la madre de tus descubrimientos.

CJ

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