lunes, 20 de diciembre de 2010

Museos, máquinas del tiempo

Por Loli Barilari | Arte



Propongo una prueba. Qué tal si le preguntamos a nuestro compañero de trabajo, a nuestro mejor amigo, a nuestra pareja, che’ ¿qué onda con los museos?, ¿te pinta ir este fin de semana a visitar uno? Imaginemos esta situación. ¿Qué cara pondría quien está frente a nosotros? O mejor aún, ¿qué cara podríamos nosotros si nos cuestionamos, y los museos, ‘qué onda’?
Hoy la mayoría de las ciudades globalizadas, ofrecen una variada oferta cultural y ociosa, de la que los museos son sólo una parte. Éstos, a veces pasados de moda, se encuentran frente al gran reto de competir no sólo con sus viejos oponentes, las galerías de arte, sino además con un abanico de posibilidades: funciones de teatro, música en vivo, cine, festivales, e incluso fiestas. Estas propuestas parecen siempre prometer más entretenimiento que poner los pies en un museo, espacio diáfano y minimalista que nos muestra obra estática. Error. Esto es un prejuicio. 
Es por ello, que me atrevo y los invito a explorar aquello que se nos ofrece mucho más dinámico de lo que nosotros imaginamos.


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