miércoles, 11 de mayo de 2011

Game of thrones


Juliana Rodriguez | Tevé

Es la segunda apuesta intensa de HBO de este año. Los calabozos y dragones siguen estando de moda y la serie continúa por la estela del fantástico medieval, cerca de películas como El señor de los anillos, Thor, Beowulf y otras. El guiño al cine empieza con la elección de Sean Bean como personaje principal (Boromir en las películas de Peter Jackson, Bean es uno de esos actores destinados a historias épicas). 
La historia se desarrolla en Westeros, lugar de ficción, en un tiempo muy, muy lejano. Varias familias nobles se disputan el poder, rodeados de seres mágicos, castillos, complots y batallas. Hay cuotas altas de virilidad, escenas de luchas, espadas, caballeros viriles y damas que esperan ser rescatadas. Todos los ingredientes de la ciencia ficción están ahí. 
La serie está basada en las novelas de George R. R. Martin, con un gran despliegue de superproducción en paisajes como Irlanda, Marruecos y Escocia. 
El riesgo del género mismo es que puede ser creíble, épico y majestuoso, o fácilmente berreta. Y Game of Thrones camina por esa fina línea: imponente por momentos, con aroma a glam rock ochentero por otros. Hay escenas de acción, batallas, suspenso y, para no perder audiencia, sexo en dosis bastante torpes. Son diez capítulos, van tres estrenados y ninguna sorpresa. Habrá que esperar. O cambiar el canal.

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