sábado, 30 de octubre de 2010

Conor Oberst & The Mystic Valley Band - Outer South - 2009

Este es el segundo álbum que el muchacho maravilla de Saddle Creek firma con su propio nombre, dejando atrás a Bright Eyes Alter Ego que le trajo gran reconocimiento. En algún momento el miserabilismo amenazo con mandarlo a pique en ciudades sin sobresaltos ni señas discretas. Alguna vez Conor nos dejó sin palabras aptas para buenos entendedores, pero todo cambió. Nunca valió tanto para él como el ahora o el aquí.
Estas canciones son como excusas para no envejecer, para que nadie se vaya y quede un espacio vacío. Oberst conoce el limbo y el cielo improbable de lo que pudo haber sido. Él lo sabe, sabe que es el tiempo el que se recicla y que la eternidad es casi un truco, alternativas que se caen, canciones que se escapan en la calma del día. Conor Oberst tanto intentó disimular los rastros de la noche y su tristeza que este es un disco que, aún en una tarde diáfana, nos demuestra que estamos todos a oscuras, a los tumbos, en una suerte de lugar común: la felicidad de la que no conseguimos escapar del todo.

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