lunes, 15 de noviembre de 2010

La última telaraña de la tarde

fue retirada con mucho cuidado. A esta hora muy puntual hemos llegado a la última parte de la noche como una obra maestra recién terminada. a esta hora todo es vital y recién comienza y termina. Bajamos la cabeza, movemos los dedos, pero jamás hallamos la voz para responder. Esto podría ser el rostro, la reencarnación de la verdad, una tarde plena de ámbar, la oscura veta y una noche sin palabras. 
Hoy hay hermosos jirones de muchos colores, que la mejor parte nos arranca y le da la bienvenida al tiempo. Tu astucia le agrega palabras cada vez más pequeñas. Todas tus risas buenas viajaron y los que lloran se quedaron despidiendo errores, los muchos que vivimos cometiendo. Algunos quizás estén ocultos en sueños profundos, otros tal vez se queden atrapados entre lo que ignoran y saben. 
Ella elije entre la tristeza y la nada. Yo sólo le pido que esa palabra jamás quede atada a su nombre.

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