martes, 2 de noviembre de 2010

So long june

En julio las cosas se encienden en este lado de la ciudad. Julio enciende nuestras risas de artificio, un recorrido que casi nunca llega a su final y nunca encuentra polvo, adioses o basura. Entre los grandes silencios y noches donde los chicos vagan sin sentido, ahí vas a estar mordiéndote los labios y desafiando los días grises que embisten autos y gente impasible. En el medio del año, en el medio de lo bueno y de lo malo, conversaremos sin mirarnos, hablaremos en voz alta, caminaremos al azar, nos detendremos en veredas dejando pasar los minutos y al tiempo rezagado. El tiempo que nos impulsa sin tacto ansioso por destruirlo todo. Nuestras miradas estarán inclinadas al piso y nuestras espaldas bordearan al viento en julio. Seremos dos caminando por nuestra ciudad. Como si supiéramos que todo termina, nos miraremos a lo lejos, tensos, esperando que desaparezcamos, que nos hagamos historia, que nos escapemos de los limites, que no nos veamos nunca más, y que ya no nos acordemos de julio. 

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