martes, 2 de noviembre de 2010

Por qué no vos,

por qué yo. La lluvia, el sol, estas mañanas de otoño. Tu belleza y los peligros que ella encierra, los pliegues de tu locura, tu hambre insaciable que me devora; la rutina establecida, el apuro de los almanaques. El tiempo juega conmigo, me estafa, me ofrece una vida nueva y miles de promesas huecas. Ella sabe del misterio que todos los días me va a atrapar para siempre y me va a hacer olvidar esta desilusión, por eso siempre sufro, por eso me envuelve la melancolía del futuro. Floto a tu alrededor como una nave espacial que ha perdido sus instrucciones para el aterrizaje. No hay justificación ni excusa satisfactoria. Estoy en guerra conmigo mismo, esta tensión real me construye, me da vida y me hace morir. Hoy descanso de vos, de mirar tu luna.

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